jueves, 26 de noviembre de 2009

Quizás no hay tiempo

Quizás es una pérdida de tiempo sentarse en esta silla, enfrente de una pantalla que, consciente soy que no va a responderme nada que no sea aquello que yo mismo escriba para mí.
Quizás este texto sea eso: un texto para mi; y que a la vez, todos estáis invitados a leer. No trata nada concreto, y a la vez, todos y cada uno de nosotros lo entenderemos.
Quizás porque son las tres de la mañana y no tengo sueño; quizás porque han llamado a la puerta y no era la persona que esperaba.
Creo que nunca en mi vida he dado tanto sentido e importancia a la expresión “Carpe Diem”. Quizás porque nunca me ha faltado el tiempo, o, lo que es más probable, nunca me ha faltado nada excepto el sentimiento que me impulsa a hablar de mi tiempo. ¿Y si no me queda tiempo? Tiempo para hacer todo lo que querría; tiempo para hacer todo lo que querríais que hiciera; tiempo para darme cuenta que no hay tiempo.
Me pregunto porqué una simple mirada, conversación, o susurro entre dos personas que quieres puede distanciarlos tanto de ti. Me pregunto entonces si quizás es que me moriría por verte mirándome de ese modo. ¿Por qué esperamos de brazos cruzados hasta que alguien hace algo que nos provoca celos? ¿Por qué nos duele ver como un amigo quiere lo que más queremos? ¿Es egoísta necesitarte? Me pregunto a menudo porqué no he tenido el valor de demostrarte que soy tuyo; lo afortunado que he sido por estar pegado a ti, mirándote mientras dormías.
El caso es, que cuando me preguntes qué me pasa, apartaré la mirada y agacharé la cabeza sin que mi boca haya respondido. No por miedo, ni vergüenza…, sino quizás, por evitar dolor. No el mío, yo ya he muerto; no “literalmente” muerto, sino más bien “literariamente”. Literariamente porque, pese a que mis pulmones siguen funcionando, mi corazón palpita – ya rara vez con la emoción de mis años de niñez aunque con la esperanza siempre de rejuvenecer – y, aunque mi cerebro sigue manteniendo esta loca cordura propia de aquellos que permiten llamarse cuerdos, no puedo considerar que lo que veo, respiro, acaricio, oigo y saboreo, sea más que una película de serie B acerca de la vida. Mi vida. Mi muerte.

No hay comentarios: